Se trata de una técnica invasiva, prácticamente indolora, segura y efectiva. También se le conoce con sus siglas NMP o PENS (en inglés)
Cuando hay un fallo o desequilibrio en el sistema nervioso, éste afecta a todas las estructuras que están conectadas, obligándolas a realizar un sobreesfuerzo continuo, de manera que, con el paso del tiempo, el problema se ve agravado.
En realidad es es la misma propiedad que tiene el sistema nervioso para regular la respuesta ante los estímulos
Lo que realiza esta técnica es una modulación sobre circuitos neuronales que presentan una disfunción, para modificar su funcionamiento, activando o inhibiendo el circuito en función de las causas y los síntomas.
¿Para que la utilizamos?
La neuromodulación es una técnica que se usa para tratar los síntomas del dolor crónico como agudo y de las lesiones del sistema neuromusculoesquelético y del suelo pélvico. Por ejemplo:
Dolor crónico
Síndrome de dolor regional complejo
Lesiones musculares
Dolor fantasma
Atrapamientos nerviosos
Tendinopatias
Disfunción coordinación de la función neuromotora
Cicatrices dolorosas (episiotomias, cesáreas…)
- Ayuda a controlar las señales de dolor que llegan al cerebro a través de la médula espinal. En este sentido, la neuromodulación permite:
- Disminuir el dolor rápidamente mediante la activación de las vías de analgesia propias
- Mejorar la función neuromuscular, los patrones de reclutamiento muscular y el control motor.
- Disminuye la necesidad de tomar analgésicos
- Es una técnica mínimamente invasiva e indolora
- No tiene efectos secundarios
- Permite una mejora en la calidad de vida
¿En qué consiste?
Se aplica una estimulación eléctrica (corriente de baja o media frecuencia) con una aguja de punción sobre un nervio periférico en algún punto de su trayecto o de un músculo en un punto motor con un objetivo terapéutico.
No es dolorosa y se tolera muy bien.